Bloque III: Perspectivas de la integración energética
- 23/10/2014
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Moderador – Cesar Butrón, presidente del COES
El expositor principal fue Enrique Rodríguez-Flores, Especialista en Energía del Banco Interamericano de Desarrollo – BID, quien analizó que la integración energética es un elemento clave en la política para el desarrollo de la región latinoamericana ya que va a permitir:
- Mejorar la seguridad de abastecimiento energético, compartiendo recursos y aprovechando la complementariedad.
- Explotar los beneficios de la economía de escala.
- Incrementar la confiabilidad y reducir los costos en el suministro de insumos energéticos, lo cual se logra por medio de infraestructuras interconectadas y mercados confiables.
Estos beneficios pudieron comprobarse en el proyecto de integración energética más importante y más interesante que ha desarrollado el BID hasta ahora: el SIEPAC MER (Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central / Mercado Eléctrico Regional). Este proyecto se basó en dos componentes fundamentales: (i) componente hard: infraestructura eléctrica regional compuesta por transmisión (Línea SIEPAC, troncal que pasa por Guatemala, El Salvador, honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá) y generación (plantas que tengan una vocación eléctrica con fines regionales); (ii) componente soft: creación de un sétimo mercado con un consejo directivo, un regulador y operador regional; y establecimiento de normativa.
Por otro lado, se mencionó el proyecto SINEA (Sistema de Interconexión Eléctrica Andina) en donde participan Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia y Perú; el cual tiene principalmente, entre otros, los siguientes objetivos: (i) facilitar las transacciones con carácter regional e internacional, (ii) obtener acuerdos bilaterales específicos para promover negocios en el sector eléctrico.
Finalmente, se recalcó que la integración es rentable pero puede ser un proceso largo; en ese sentido, las claves para facilitar el éxito de este tipo de proyectos son: (i) obtener y garantizar compromisos políticos permanentes con el proceso de integración, donde “permanente” significa que sean inmunes a los cambios de gobierno, (ii) lograr y asegurar la confianza entre los países vecinos, (iii) fortalecer la institucionalidad nacional y regional, y (iv) garantizar marcos regulatorios y la seguridad jurídica que permitan las nuevas inversiones.
El panel de este bloque estuvo conformado:
Byron Betancourt, representante del Consejo Nacional de Electricidad del Ecuador – CONELEC, explicó que el proceso de interconexión de las redes de energía (ver aquí presentación) debe darse con una optimización de los recursos energéticos disponibles en la región, generando beneficios como: (i) seguridad en el suministro, (ii) uso óptimo de los recursos naturales, (iii) calidad en el servicio, (iv) eficiencia en las inversiones, y (v) menor impacto ambiental.
Para conseguir lo antes mencionado y alcanzar la integración eléctrica, deben existir recursos (de todos los países para aprovechar las complementariedades), reglas (procesos de armonización), redes (los caminos), y respaldo de los gobiernos. Así, lo que se espera lograr con todas estas acciones es: (i) tener un corredor andino que va desde Colombia a Chile, y (ii) lograr la integración de UNASUR, donde se está discutiendo el Tratado Energético Sudamericano.
Sin embargo, como en todo proceso de cambios, se presentarán barreras que habrá que superar: políticas (diferentes visiones y grados de transformación de institucionalidad), normativas (genera asimetrías entre los países), técnicas y comerciales.
En consecuencia, para obtener una integración regional eléctrica habrá que cumplir con las siguientes fases: (i) armonizaciones bilaterales, (ii) despacho integral, (iii) integración regional completa (operador regional, regulador regional, reglas regionales, planificación regional), y (iv) integración de mercados regionales.
Daniel Salazar, representante del Centro de Despacho Económico de Carga del Sistema Interconectado del Norte Grande de Chile – CDEC SING, precisó que la integración energética regional es una temática que durante mucho tiempo estuvo alejada de la agenda de chile. Esta situación ha cambiado, debido al actual contexto y a la experiencia chilena en lo referido a la matriz energética. El panelista recordó que la década pasada, Chile perdió la principal fuente energética por la que apostó, que fue el gas natural argentino, lo que generó altos costos en sustituir la matriz y a su vez, la necesidad de abordar con otra mirada a los procesos de integración.
De otro lado, indicó que la demanda eléctrica de Chile es y continuará siendo fuerte, tomando en consideración que se trata de un país minero. En cuanto a la oferta eléctrica, indicó que los precios son más altos que la de otros países de la región. Señaló además, que Chile no tiene gas y no tiene carbón, por lo que la apuesta nacional es la hidroelectricidad y las energías renovables.
Indicó que las fuentes renovables son una opción competitivas en chile, no solo por el precio, sino porque es un recurso abundante en Chile, haciendo énfasis en que el desierto de Atacama es un espacio geográfico muy propicio para el desarrollo de la tecnología solar. En tal sentido, señaló que desde su punto de vista, la producción nacional no solo servirá para abastecer los requerimientos internos, sino incluso para la exportación a países vecinos, como es el caso de Argentina, con quien ya viene tramitándose la integración que haga posible los intercambios energéticos.
Finalmente, señaló que la integración no solo es con Argentina. A tal efecto, hizo mención a diversos estudios que convergen en la viabilidad de integrar a los países del cordón del pacífico. A su criterio, lo que viene es más una vinculación bilateral, que debe hacer énfasis en aspectos técnicos y regulatorios.
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